domingo, octubre 22, 2006

Madrid - Barça. Algo más que un partido

22 de octubre de 2006. Madrid. Paseo de la Castellana. Estado Santiago Bernabéu. 21:00 horas. Comienza el gran clásico. Dos titanes frente a frente: el Madrid de la garra, de la lucha, de Emeron y Diarra, a la izquierda. A la derecha, el Barça de Deco y Ronaldinho. Empieza a rodar el balón y en tres minutos, el equipo blanco se adelanta por medio del Gran Capitán. Golpe duro para el equipo de Rijkaard que encaja el primer directo en los primeros segundos del primer asalto. Y aquí comienza mi análisis.

Algunos me tacharán de oportunista: llevan razón. Los mejores partidos del Madrid de esta temporada han sido en los que ha marcado en los primeros minutos. Levante, Betis, Dínamo, Steaua, y hoy, Barcelona. Cada vez que ha ocurrido esto, encontramos a un Madrid serio, colocado y defensivo. El segundo gol de hoy ha sido un alarde de lo que significa contraatacar. Una muestra de cómo el campo se cruza en tres toques y se define con clase.


Si bien no todo el monte es orégano. La primera parte fue azulgrana totalmente. Después del gol el Barça tocaba y tocaba, rondaba la frontal madridista moviendo el balón de un lado para otro, sin concretar, sin chutar a puerta. Gudjonhsen ha tenido varias ocasiones y ni siquiera ha tirado: se ha revelado como un pechofrío, para nada comparable al gran Henrik Larson. Y Messi tuvo una después de una maravillosa pared con Ronaldinho. Pero los partidos los ganan los que marcan y hoy se ha echado de menos un tirador como van Bommel, en el Bayern, o un depredador del área, como Samuel Eto'o. Escribía el otro día que el Barcelona no había tenido pegada. Hoy ha tenido el mismo fallo.


Sin embargo, el resultado ha sido corto. El Madrid a la contra es temible, y si la vaselina de van Nistelrooy hubiera entrado el Bernabéu se habría caído. Grande Raúl y grande Robinho, aunque sigo teniendo mis dudas sobre él. Horroroso Thuram, que no está ni muchísimo menos para ser titular en el Barcelona. Regular Puyol, que lleva unas semanas muy perdido.


Resumiendo, tremendo varapalo para el equipo hispanocatalán, que en 5 días ha perdido con sus dos grandes enemigos. Y lo peor es que no ha perdido: le han ganado. Y el Madrid en 6 ha hecho olvidar a la afición el ridículo de Getafe. Y lo ha hecho como debe ser: ganando.

jueves, octubre 19, 2006

La victoria de Petr y Carlo o el debut de Henrique

El fútbol tiene momentos trágicos. Todos recordamos la caída fulminante del camerunés Foe en las semifinales de la Copa África; o el fallecimiento del joven húngaro Feher en un Vitoria Guimaraes-Benfica. Son tragedias de las que no está exento ningún deporte. Pero lo del sábado va más allá. Pongámonos en situación.


Segundo 20 del partido Reading-Chelsea. El portero del Reading pone un balón largo, Cech se lanza al suelo para atrapar el balón y Stephen Hunt golpea la cabeza del checo que a consecuencia del golpe sufre una fractura craneal con hundimiento. He visto las imágenes mil veces y desde la primera estoy convencido de que le da intencionadamente. Hunt por supuesto afirma que fue sin querer. Cualquier jugador habría saltado pero Hunt no lo hizo; ¿estaba cojo? Petr Cech fue sustituido por Carlo Cudicini. Minuto 92: córner favorable al Reading. Carlo Cudicini sufre un tremendísimo choque que lo deja inconsciente. Así, el Chelsea termina el partido con John Terry de portero.


Es muy duro ver lo que sucedió el sábado. A Dios gracias, no hemos de lamentar ninguna muerte. Pero sí que Hunt vaya a seguir jugando al fútbol. Desde mi punto de vista deberían de despojarle de la licencia para jugar al fútbol automáticamente. No es una entrada con los codos abiertos como la de Javi Navarro a Arango. Es una patada al portero cuando éste tenía el balón en las manos.


Pero el espectáculo debe continuar. Y ayer, a los 30 años, Henrique Hilario, el tercer portero de los blues fichado por Mourinho
este verano debutó en el mejor partido a priori que se puede ver en el fútbol actual. En el Chelsea-Barça de ayer no estaba Hilario en la portería: estaban Cech y Cudicini; estaban Boulahrouz, Carvalho, Terry y Cole; estaban Makelele, Essien, Ballack, Lampard y Drogba y Sheva y todos los jugadores del Chelsea y todos los aficionados que abarrotaban Stamford Bridge. Cuando Henrique le paró el primer lanzamiento a Messi eran todos esos los que estaban en el campo. Hilario hizo un partidazo. Es cierto que el Barça no le creó excesivos problemas, pero respondió a los disparos con paradas acertadísimas.


Y es que el Chelsea se mostró agresivo como siempre, no dejó jugar al Barça que sólo inquietó en el tramo final de la primera parte. Contraatacaba con la rapidez que le confiere el tener galgos como Essien, Drogba o Shevchenko, mordían a Xavi y a Deco cada vez que querían imprimir velocidad al juego culé. Pero no conseguía concretar; parecía que el gol llegaría de un momento a otro pero no acababa de entrar. Hasta que apareció Drogba. El marfileño nos asombró con uno de sus controles imposibles, de estos que intentas hacer cien veces y no consigues. Se pasó el balón de espuela con un giro extrañísimo y pegó un zapatazo pegado al palo derecho imposible para Valdés. A partir de ahí el Barça, que ya estaba tocado, se diluyó. Ni la entrada de Iniesta ni la de Giuly consiguieron hacer que el balón circulara. No se le puede ganar al Bridge sin delantero centro y el Barça acabó el partido jugando sin una referencia arriba.


Algo quedó claro ayer. El Chelsea es un firme candidato a ganar la Champions. A pesar de la ausencia de rotaciones, a pesar de las lesiones de las dos primeras opciones en la portería, a pesar de tener el mundo en contra, a pesar de todo y contra todos ayer ganó el Chelsea. Ganó Mourinho. Ganó Hilario. Ganó Cudicini. Pero sobretodo ganó Petr Cech...