viernes, noviembre 03, 2006

El fútbol que no me gusta

Hay muchas formas de entender el fútbol. Todos tenemos la nuestra, yo no soy la excepción. Sin embargo, hoy voy a hablar del fútbol que no me gusta, de esos futbolistas a los que sólo deseas que les quiten la licencia, los encierren en una mazmorra alejada del mundanal ruido y no vuelvan a salir.

No me gusta el fútbol violento; en muchas ocasiones se confunden la agresividad con la violencia, el ir al cruce con hacer la tijera, el hacer una falta táctica con una entrada criminal. Mientras escribo esto pienso en Luís Enrique, Arango, Cech, Manuel Pablo, Juninho, Oliveira y tantos jugadores lesionados de gravedad por mulos que no saben cómo hay que jugar o personajes burdos que creen que la agresión es un camino hacia la victoria. Sí me gusta el fútbol contundente. Sí me gusta un central expeditivo, véanse Cannavaro, Thuram, Puyol; no soporto a un central burro, véanse Materazzi, Javi Navarro y otros más.

No me gusta el fútbol que no es fútbol; no me gusta que un jugador finja una lesión para parar un contragolpe, pero tampoco me gusta que el equipo contrario no lance la pelota fuera. No me gusta que se pierda el tiempo con cambios pero no concibo que un árbitro pueda amonestar a un jugador por ello. No me gusta que los porteros tarden 3 minutos en efectuar el saque de puerta. Pero no me gusta porque eso no es fútbol.

El Fútbol que a mí me gusta es ese que vimos el martes pasado; emocionante, brusco, duro, un partido de poder a poder, entre quizá los dos equipos más potentes de Europa. Ese partido que ha dejado al vigente campeón de la Champions con la necesitad de conseguir seis de seis puntos para seguir adelante en dicha competición. Ese fútbol en el que el equipo defensivo a priori quita al lateral derecho para meter a un delantero centro como Kalou. Para mostrar al mundo que no es equipo defensivo. Que puede remontarle un partido al mismísimo campeón de Europa.

El Fútbol que a mí me gusta es ese en que la selección más defensiva a priori acaba la semifinal del mundial jugando con Del Piero, Iaquinta, Gilardino y Pirlo en la prórroga. El Fútbol que a mí me gusta es el fútbol de garra, el fútbol del puedo porque quiero, el fútbol del pequeño que se come al grande, lo encierra en su campo y remonta el partido en los últimos minutos.

El Fútbol que a mí me gusta es ese en que Alfonso Pérez le marca dos goles en sesenta segundos a la extinta selección yugoeslava. Esa elástica de salón que Ronaldinho le hizo a Cuartero. Esa volea de Zidane para darle al Madrid la novena Copa de Europa. Esa vaselina del "Kun" Agüero en el último minuto del derbi madrileño. Esos melones que baja Drogba para revolverse y enchufarlos. Esa jugada de Maradona por la banda que dejó tirados hasta a los fotógrafos ingleses. Ese gol imposible que Ronaldo le marcó al Compostela. Ese regate al portero sin rozar el balón de Pelé. Ese lanzamiento de falta de Milinco Pantic que le valió un busto en el Calderón para siempre.

En definitiva, me gusta el fútbol. Y estoy en contra del anti-fútbol. Por eso concluyo con esto: si la UEFA sanciona a Barça y Chelsea por el mejor partido de la temporada una cosa tendré clara. A la UEFA no le gusta el mismo fútbol que a mí. Y por supuesto, están equivocados.

domingo, octubre 22, 2006

Madrid - Barça. Algo más que un partido

22 de octubre de 2006. Madrid. Paseo de la Castellana. Estado Santiago Bernabéu. 21:00 horas. Comienza el gran clásico. Dos titanes frente a frente: el Madrid de la garra, de la lucha, de Emeron y Diarra, a la izquierda. A la derecha, el Barça de Deco y Ronaldinho. Empieza a rodar el balón y en tres minutos, el equipo blanco se adelanta por medio del Gran Capitán. Golpe duro para el equipo de Rijkaard que encaja el primer directo en los primeros segundos del primer asalto. Y aquí comienza mi análisis.

Algunos me tacharán de oportunista: llevan razón. Los mejores partidos del Madrid de esta temporada han sido en los que ha marcado en los primeros minutos. Levante, Betis, Dínamo, Steaua, y hoy, Barcelona. Cada vez que ha ocurrido esto, encontramos a un Madrid serio, colocado y defensivo. El segundo gol de hoy ha sido un alarde de lo que significa contraatacar. Una muestra de cómo el campo se cruza en tres toques y se define con clase.


Si bien no todo el monte es orégano. La primera parte fue azulgrana totalmente. Después del gol el Barça tocaba y tocaba, rondaba la frontal madridista moviendo el balón de un lado para otro, sin concretar, sin chutar a puerta. Gudjonhsen ha tenido varias ocasiones y ni siquiera ha tirado: se ha revelado como un pechofrío, para nada comparable al gran Henrik Larson. Y Messi tuvo una después de una maravillosa pared con Ronaldinho. Pero los partidos los ganan los que marcan y hoy se ha echado de menos un tirador como van Bommel, en el Bayern, o un depredador del área, como Samuel Eto'o. Escribía el otro día que el Barcelona no había tenido pegada. Hoy ha tenido el mismo fallo.


Sin embargo, el resultado ha sido corto. El Madrid a la contra es temible, y si la vaselina de van Nistelrooy hubiera entrado el Bernabéu se habría caído. Grande Raúl y grande Robinho, aunque sigo teniendo mis dudas sobre él. Horroroso Thuram, que no está ni muchísimo menos para ser titular en el Barcelona. Regular Puyol, que lleva unas semanas muy perdido.


Resumiendo, tremendo varapalo para el equipo hispanocatalán, que en 5 días ha perdido con sus dos grandes enemigos. Y lo peor es que no ha perdido: le han ganado. Y el Madrid en 6 ha hecho olvidar a la afición el ridículo de Getafe. Y lo ha hecho como debe ser: ganando.

jueves, octubre 19, 2006

La victoria de Petr y Carlo o el debut de Henrique

El fútbol tiene momentos trágicos. Todos recordamos la caída fulminante del camerunés Foe en las semifinales de la Copa África; o el fallecimiento del joven húngaro Feher en un Vitoria Guimaraes-Benfica. Son tragedias de las que no está exento ningún deporte. Pero lo del sábado va más allá. Pongámonos en situación.


Segundo 20 del partido Reading-Chelsea. El portero del Reading pone un balón largo, Cech se lanza al suelo para atrapar el balón y Stephen Hunt golpea la cabeza del checo que a consecuencia del golpe sufre una fractura craneal con hundimiento. He visto las imágenes mil veces y desde la primera estoy convencido de que le da intencionadamente. Hunt por supuesto afirma que fue sin querer. Cualquier jugador habría saltado pero Hunt no lo hizo; ¿estaba cojo? Petr Cech fue sustituido por Carlo Cudicini. Minuto 92: córner favorable al Reading. Carlo Cudicini sufre un tremendísimo choque que lo deja inconsciente. Así, el Chelsea termina el partido con John Terry de portero.


Es muy duro ver lo que sucedió el sábado. A Dios gracias, no hemos de lamentar ninguna muerte. Pero sí que Hunt vaya a seguir jugando al fútbol. Desde mi punto de vista deberían de despojarle de la licencia para jugar al fútbol automáticamente. No es una entrada con los codos abiertos como la de Javi Navarro a Arango. Es una patada al portero cuando éste tenía el balón en las manos.


Pero el espectáculo debe continuar. Y ayer, a los 30 años, Henrique Hilario, el tercer portero de los blues fichado por Mourinho
este verano debutó en el mejor partido a priori que se puede ver en el fútbol actual. En el Chelsea-Barça de ayer no estaba Hilario en la portería: estaban Cech y Cudicini; estaban Boulahrouz, Carvalho, Terry y Cole; estaban Makelele, Essien, Ballack, Lampard y Drogba y Sheva y todos los jugadores del Chelsea y todos los aficionados que abarrotaban Stamford Bridge. Cuando Henrique le paró el primer lanzamiento a Messi eran todos esos los que estaban en el campo. Hilario hizo un partidazo. Es cierto que el Barça no le creó excesivos problemas, pero respondió a los disparos con paradas acertadísimas.


Y es que el Chelsea se mostró agresivo como siempre, no dejó jugar al Barça que sólo inquietó en el tramo final de la primera parte. Contraatacaba con la rapidez que le confiere el tener galgos como Essien, Drogba o Shevchenko, mordían a Xavi y a Deco cada vez que querían imprimir velocidad al juego culé. Pero no conseguía concretar; parecía que el gol llegaría de un momento a otro pero no acababa de entrar. Hasta que apareció Drogba. El marfileño nos asombró con uno de sus controles imposibles, de estos que intentas hacer cien veces y no consigues. Se pasó el balón de espuela con un giro extrañísimo y pegó un zapatazo pegado al palo derecho imposible para Valdés. A partir de ahí el Barça, que ya estaba tocado, se diluyó. Ni la entrada de Iniesta ni la de Giuly consiguieron hacer que el balón circulara. No se le puede ganar al Bridge sin delantero centro y el Barça acabó el partido jugando sin una referencia arriba.


Algo quedó claro ayer. El Chelsea es un firme candidato a ganar la Champions. A pesar de la ausencia de rotaciones, a pesar de las lesiones de las dos primeras opciones en la portería, a pesar de tener el mundo en contra, a pesar de todo y contra todos ayer ganó el Chelsea. Ganó Mourinho. Ganó Hilario. Ganó Cudicini. Pero sobretodo ganó Petr Cech...

lunes, septiembre 18, 2006

Vinokourov o el Último Guerrero

Hoy acaba la Vuelta a España'06. Y la ha ganado el mejor: Alexandre Vinokourov. El kazajo ha demostrado que también se puede ganar como se hacía antes. Ha ganado a lo Perico Delgado en el Tour del 88.

Este magnífico corredor, profesional desde el 98, animó el Tour de 2005: daba igual que los que sufrieran sus ataques fuesen Ullrich o Kloden, los patrones del T-Mobile. Fue el único que le puso las cosas algo difíciles a Lance Amstrong. Y los aficionados al ciclismo no olvidaremos jamás ese ataque a kilómetro y medio de la meta de París en los Campos Elíseos, allí donde todos hemos soñado con entrar el primero alguna vez.

Repasemos. Vinokourov empezó la vuelta regular. Su prólogo no fue brillante y al llegar la primera etapa de alta montaña perdió algo más de dos minutos, en la Covatilla. Para muchos fue una decepción, pero Giro, Tour y Vuelta son las tres grandes carreras por algo: porque pueden pasar cosas como esta.

La segunda semana ha sido la de sus dos victorias de etapa. Una, por fuerza, imponiéndose en un grupo reducido con un ataque parecido al de París de 2005; y la otra, a lo gran escalador, con una escapada en La Cobertoria. En ese puerto, Alejandro Valverde (el gran favorito) se hizo con el maillot oro.

Valverde se mantuvo como un líder sólido durante ocho etapas. Pero las vueltas de tres semanas se le hacen largas a los corredores jóvenes y Valverde, aun cuando nadie discute su genial talento, es todavía joven. Llegó la subida a Calar Alto y Valverde hizo una genial etapa, llegando segundo junto con Vinokourov y Carlos Sastre. Pero en la siguiente etapa, la Vuelta dio un vuelco que ya sería definitivo: el Astaná desgastó al pelotón con un ritmo infernal, dejando a Valverde como Gary Cooper, sólo ante el peligro. Atacó primero Paulinho, después Kashechkin y remató Alexandre, para demostrarle al mundo que el ciclismo no está muerto: que sigue siendo el deporte de la siesta. Porque en verano no se duerme, se ve el Tour; y en Septiembre, con la "vuelta" se estudia mejor.

¡¡¡Enhorabuena Campeón!!! ¡¡¡Ya te tocaba!!!

Palabras más, Palabras menos

Hoy voy a hablar de dos personas que han demostrado que no tienen palabra: Ramón Calderón y Luís Aragonés.

Don Ramón Calderón es el actual presidente del Real Madrid. Durante una durísima campaña, con el lío del voto por correo y los trapos sucios que se han sacado unos candidatos a otros, el actual presidente hizo cuatro promesas principales de las cuales sólo ha cumplido una: Fabio Capello. Ni Cesc, ni Robben, ni Kaka' van a jugar este año en el club blanco. Y yo me pregunto: ¿qué credibilidad ofrece un presidente que en su primer año de mandato comienza incumpliendo sus promesas? Desde mi punto de vista, el señor Calderón debería haber dimitido en el mismo instante en el que los jugadores que prometió no llegaron.

Y por otro lado el seleccionador nacional: Luís Aragonés. El hombre que prometió que si la selección volvía a casa antes de semifinales él se iría, dimitiría, se iría con viento fresco y sin costarle un duro a la federación. Nos volvimos en octavos y no mantuvo su palabra. Ese día me vino a la memoria un nombre: Iñaki Sáez. Quiso hacer lo mismo. Dijo que si la selección fracasaba él se iba. Y una vez consumado el fracaso no tuvo reparos en decir que se quedaba. La única diferencia en estos casos es la prensa. En tanto que los periódicos se cebaron con el señor Sáez, a Luís Aragonés nadie le ha puesto "vaya cara" ni cosas así, cuando lo cierto es que tiene un rostro que se lo pisa. A este seleccionador, que desiste de jugar por las bandas, lo tendremos que soportar al menos hasta la próxima Eurocopa. Y cuando nos volvamos en la primera fase (eso si nos clasificamos) pues dirá que quiere resarcirse con el Mundial de Sudáfrica. Y así, hasta que lo echen, porque ya ha dejado claro que él no se va.

¡Ah, España! El único país del mundo civilizado donde la palabra de un personaje público no tiene más valor que la capacidad de tragarse sapos del mencionado personaje. ¡Que vuelva Clemente, por el amor de Dios!

Actualizado a las 23:18 del 6 de septiembre de 2006

Acaba de terminar el partidazo Irlanda del Norte contra España. Así que sólo me queda añadir: ¡váyase, señor Aragonés; váyase!

2 de septiembre de 2006, 20:23h

Presentación

¡Hola a todos! Hoy, 31 de agosto, inauguro este blog que alojaré en mi propia página. Ahora mismo no tengo internet y por tanto no lo colgaré hasta dentro de unos días. Va a ser un blog muy mejorable, y espero ir añadiéndole interactividad, para que se puedan colgar comentarios. Principalmente me referiré a temas deportivos pero realmente hablaré de cualquier tema que merezca la pena.

Presentado ya el blog quiero también comentar que en un principio sólo lo voy a escribir en español, que bastante trabajo es ya. Espero que aquí encontréis un lugar interesante a visitar y en el que podáis debatir vuestras ideas (cuando se incorporen comentarios). Así que espero que de vez en cuando os déis una vuelta por aquí. Recibid un saludo, cibernautas.

31 de agosto de 2006, 17:54h